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sábado, 3 de noviembre de 2012

El Muerto, que no quiso hablar II

Le llamaban el "lobo" y no se merecía el apodo, considerando que el lobo caza en grupo y para comer. 

Él era el "Anti-Cristo" social, siempre perdido los domingos y fiestas de guardar por la floresta, en busca de alimañas.

Dicen que una noche a las puertas del cementerio que tenía por costumbre visitar ( pues decía que entre que los muertos no hablan y la soledad de la noche, allí era feliz ) pasó una pareja de lobos con cachorro incluido y que al llegar a su altura atemorizados, metieron el rabo entre las piernas y se alejaron cuanto pudieron de las vallas del Campo Santo, que los lobos son muy mirados para estas cosas, no era cuestión de enfrentarse a la mala bestia del Funesto que así quisieron bautizarlo por su aspecto de recién pero el cura se negó por no ser  nombre de Cristiano, y en su lugar lo bautizó como Fausto, pero los vecinos del lugar corridos de voces cotillas, lo rebautizaron por lo pagano como el Funesto y así se quedó al nombre pegado hasta que se convirtió en un solitario que andaba por el monte acojonando  alimañas de ahí que de Funesto pasó a "lobo". 

A ver quien era el chulo que le llamaba El lobo, o el funesto sin perecer en el intento, siempre llevaba una especie de machete en forma de garfio, cuando no la escopeta..Intranquilizaba encontrártelo, vamos que era como verle y subirse la bilirrubina todo en uno

Funesto se alquilaba como matarife artesanal de cerdos, por el San Martín, dicen que hacia su agosto y que daba unas cuchilladas tan certeras que el animal no podía pronunciar palabra, se moría y en paz.

Aquella noche que decidió matar al vecino, quiso ser piadoso, como su madre le enseño, caritativo y que por éso, no uso de puñalada frontal, pues los intestinos lo ensucian todo, parece una chapuza  y a mayores el acuchillado se queda muy cortado al ver los intestinos en la calle, prefirió matarlo por la espalda, así moría antes, en silencio y sin tener que dar la cara, que dicen da mal fario que el asesino vea la cara al matado y el era muy supersticioso.

La técnica se le pasó por la cabeza un día, uno, que fue al cine a ver los "Cañones de Navarone" Se quedó prendado de ver cómo de bien mataban los comandos, todo limpio rápido y silencioso. Le preguntó como quien no quiere la cosa al médico del pueblo y al parecer pasa una artería por ahí que te desangras en un abrir y cerrar de ojos

Cuando vio pasar al Sargento camino del muerto pensó que por mucho manual que consultara sobre "crimenes en extrañas circunstancias" poco iba a poder averiguar pues bien puntilloso que era en sus cosas.

Para olvidarse del asunto se fue al Putí-club del pueblo, bueno de las afueras del pueblo, allí había esclavizada una mora que al parecer hasta sabia bailar con el vientre, la danza del vientre le dicen, y él era amigo del tipo del prostíbulo, con lo cual, tenía que callar que la mora estaba allí, no fuera a ser que se enterara la autoridad competente.

El Puti- Club estaba cercano a un rió y  a punto estuvieron las mujeres de la localidad de enviar a las meretrices al agua, pues se manifestaron para impedir que sus maridos se dieran a la perdición que con todo no era  lo más importante, lo que más dolía era que la paga de la cosecha la cosechaban estas mancebas que venían a ser como intrusas furtivas del matrimonio. 

El cura cansado de sus quejas les dijo en la homilía !Perfumaros hermanas! Tentaz de la mano del Santo Sacramento del Matrimonio, lo que de otra forma se ha de llevar Satán, por mor del pecado..Al parecer más de una se compró ropa de encaje y hasta lencería importada a ver si así los muy cochinos usaban del matrimonio en vez de andar de chis-garabis, pensando que enamorar prostitutas es cosa fácil.