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domingo, 26 de febrero de 2012

Te harán llorar quienes te quieren.

Quién bien te quiere te hará llorar; refrán viejo como han de serlo todos ellos, pues no en vano el refrán sabiduría, popular horneada con el paso de varias generaciones, no pueden ser precisamente "refranes jóvenes" y traigo éste aquí sobre todo referido a la educación de los niños, y hasta a veces por qué no, a los consejos entre adultos.
El amor o cariño verdadero consiste en corregir los errores de la persona amada, aunque duela hacerlo
Todos los que están o han estado casados, si son medianamente  inteligentes verán que sus críticos más despiadados ¿Despiadados? Son los suyos,los familiares, por la simple razón de que nos aman,y les dolemos, los extraños o los no tan extraños.., tanto les da ocho que ochenta y no se granjearán, nuestras antipatias.
El problema aparece cuando nuestro bien amado ser querido, o no lleva muy bien la crítica, o no está de acuerdo con nosotros, o nosotros nos equivocamos ,que todo puede ser !Cuantas veces, se han roto  las cuerdas, por esas tensiones! Qué pocas veces se ha impuesto en ese duro  parto de la confrontación de modos de ver; la tolerancia..y sin embargo ha triunfado el nefasto amor propio; destruyendo allí donde cabría construir.

Si es un niño podemos imponer nuestra autoridad ¿Pero si es un adulto qué hacemos? Pues entre que por medio está nuestra propia conciencia de que la infabilidad a día de hoy sólo la tiene Benedicto (Si, el pastor Aleman instalado en el Vaticano) y que  nuestro bien amado, esposo/a, amigo/a o lo que fuere puede no estar por la labor..no podemos acudir a la fuerza cohercitiva de chaparreta en culo; so pena de que incluso en vapuleo nos rebote a nosotros.

Rechazados los métodos, de palmadita en el culo y nene caca..Sólo nos queda la fuerza de la persuasión o lo que es lo mismo la "Tremenda fuerza del amor" con extremado tacto y grandes dosis de amor, corrija usted y déjese corregir por otra parte, que la "verdad" es tozuda aunque nunca puede estar siempre y a todas horas de un lado de la balanza..Todos tenemos nuestra cuota parte de razón, escuchemos al otro con amor, y rectifiquemos que al fin de sabios es, los errores propios, que no son pocos.