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jueves, 8 de diciembre de 2011

La playa no estaba desierta y escuchaba el sonido cercano de las voces..

>Me han dejado sólo y tengo peligro ensimismado en mi mismidad, ya sea en la cocina o escribiendo en vez de trabajar, dejo salir el holgazán que hay en mi y me pierdo sin remedio, se ve que necesito un tutor/a.Menos mal que lo de “Rodríguez” no va conmigo o probablemente tengo suficiente sentido del ridículo, menos aún en Semana Santa, tiempo para la introspección y el recogimiento donde los haya.
En estos momentos y muy próximos a donde escribo,varios cientos de personas ponen la piel a sol y, la verdad no veo yo que sea mala idea,lo malo es tener que escuchar sin querer ¿ O quiero escuchar? Siii…Lo reconozco,,llevo un cotilla dentro, que digo,,dentro y fuera, pero eso si, no es más que las lógicas ansias de saber, no perdamos el norte que en esto del cotilleo hay clases,,Las conversaciones que aún siendo ajenas, no dejan de llegar a tus oídos, uff, rara vez son divertidas o interesantes.
¿ Seré yo raro? Puede, que quieren que les diga, cuanto daría yo por escuchar algo más que hablar de lo bien que le va o cuanto le quiere el jefe a la niña, vamos que no dan un paso en la oficina sin contar con ella..Me gustaría escuchar comentarios hechos con la brillantez que a mi me falta en el decir, y tener cercanos a maestros de vida de los que aprender !si aprender! pues las conversaciones de las que se extraen reflexiones, conclusiones, o sea que te quedan ganas de más, pues no deben ser cosas de playa mismamente, a ver si me tropiezo con algún tertuliano un día de estos, esos están en el extremo contrario, saben de todo o todo lo saben que viene a ser lo mismo, supongo que toman el sol en espacios protegidos, no en vano son una casta a la que  hay que conservar no vaya a ser que se extingan; por lo que no pierdo la esperanza de toparme a San Pedro ( el escritor no el cerrajero divino) o con la chispa de mi paisano Borrajo, pues ambos dos, pasaban temporadas no lejos de aquí.