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martes, 17 de enero de 2012

Desazones variadas en dietas amigables.

Buenos lo que sean...Ustedes no han tenido nunca la sensación de sentirse incomprendidos, pese a los múltiples esfuerzos que hagan por racionalizar las cosas? Pues yo si, puede que a lo mejor no sea tan razonable como uno se cree ! Pero qué vació y desazón queda! Uno teme ser injusto, aunque alguna pieza, o muchas no logre encajarlas; pero como se suele discutir con los amigos estos duelen.

Con los años se va pasando del ! Quiero tener razón a toda costa! a Virgencita que tenga razón la otra parte y que me quede como estoy..¿No lo entienden verdad?. Yo, tampoco, hago de escribir catarsis contra el enfado  y exorcismo contra el vacío.
 Aquí quisiera yo ver al Padre Fortea; ya saben el de Madrid, que durante el exorcismo, de una niña, ésta decía al requerimiento del demonio para salir del cuerpo !! No quiero, no me da la gana!! ¿Ustedes creen que el demonio además de cabrón, es tan mal criado?


Es más que posible que mi enfado se diluya, y mi vació no requiera al padre Fortea a fin de cubrirme con agua bendita, que ya bastante endemoniado tengo yo el genio, como para provocar al maligno, en tanto mi cabeza gira al ritmo de la "niña" ( la de Rajoy no) del exorcista, sólo me falta la espuma por la boca, y todo por entendidos variados, que provocan desencuentros, estoy por optar, no sé si tomarme un tente en pie, o flagelarme, pero dado que el dolor, no me seduce y los disgustos no me dan hambre, seguiré sin comer a ver si me pongo cuerpo, danone, a mi edad es de agradecer. Me imagino que ya no es tiempo de lucir palmito, bueno a palmito del suelo va uno por la vida todo hay que decirlo, a palmito y pasito a pasito.

A la dieta, vía disgustos y berrinches variados; mientras tanto leeré  "El discurso del método" más que nada para que si alguien me lee, cosa que dudo, vean que uno es hombre mundano y  de lecturas, sosegadas.

Que por cierto en llegando a esta parte, casi brindo, eso si con agua, con la otra parte riñente y silente que de seguir así le va a quitar curro, a mi dietista y por si; no vaya a ser el demonio, le mandaré el teléfono del Padre Fortea.