Buscar este blog

Entradas populares

jueves, 24 de noviembre de 2011

Trabajar en la madrugada.

Debe ser duro trabajar desde el ordenador por muy en casa que se esté o precisamente por estar en casa, donde todo te invita a la distracción; a veces veo a una vecina de página, peleando no sé muy bien con qué pero sé que está trabajando en la captación de personas para diversos eventos.Tengo para mi que hacerlo y no siempre a las horas que son más cómodas habrá necesariamente de suponer un arduo esfuerzo de esta dama de la noche, entendiendo el término en el sentido estricto de que trabaja para buscar clientes de locales nocturnos ignoró cuales son sus armas de Márketing pero a poco que la conozco es de perseverante como aquel Sancristán de la Petaca chiste que no es cuestión de reproducir aquí, buenas noches vecina y que consigas tus obejetivos laborales.

Buenas noches en tu sueño reparador.

Es la hora del descanso, aunque descansar o laborar, en la doctrina cristina no casa con el" ora et labora" Al menos San Benito, que debía ser muy listo y conocía las tentaciones varias, muy cuco él dijo para sus adentros, la molicie es la madre de todos los desmanes ( pecados) y como el pecado es dulce no vaya a ser..



Sin ánimo de ser irreverente, es la hora de orar, cenar, dormir o ver la televisión que no vayamos por ahí presumiendo del último libro que tenemos en la mesilla, claro probablemente fue el último antes de entregarnos de lleno al plasma.

También se puede ir hacia la santidad por otros cauces pero yo me voy a ver la tele luego se lo cuento, ah y de paso ceno, que no es cuestión de ayunar:El ramadan cae por agosto y además no soy musulmán lo dicho que luego volvemos a la vuelta de publicidad.


No añado que la alevosa nocturnidad es hora para amar pues para amar no hay hora, y odíar siempre es deshora.Se me da por el segundo sueño el venir aquí, pues parcelo mis noches sin querer,de oscuro en oscuro que no de claro en claro como el ingenioso hidalgo,

Estás durmiendo y pienso en Rosalía, no no es una antigua novia, sino de la De Castro quien escribía " y mientras tú dormías me contenté con mirarte" cástamente si señor velando sueños que no armas. En la banalidad de nuestros vanidades esperamos que los sueños, de esposas, novias, o amores de la índole y categoría que fueren, parejas de hecho ( las de desecho no están para tener sueños gratificantes con el propio) pues eso sueñen pues somos tan interesantes que hasta en el sueño queremos ser importantes.

!Ay! Esos sueños ..¿Cuanto tiempo ha que no los tengo? y quien lee me imagino que por similares o sea que por ahí se irán, y que poco comprometidos son, que felices despertares que de tan felices  más se piensa en retomarlos que en poner pie en alfombra,una vez que ya la realidad tan de diario se impone, y el desayuno de los niños y las prisas y el frió, para qué seguir que ni les cuento.



Ayer leía un comentario en clave de humor firmado por un compañero.El título creo que es algo así como "Los gorrones del Abogado" Una persona que no citaré me dijo que le gustaba y si lo había escrito yo; aquí ya había una contradicción entre la afirmación "me gusta" y la pregunta de si lo había escrito yo, tuve que reconocerle que no, pues jamás le mentiría o al menos no encuentro placer en ello.

En todo caso, mi colega, se  refería a las personas que sobre la marcha le realizan consultas, la verdad, yo discrepo salvo en lo peligroso que es "recoger documentos" de los que luego se olvidan y un buen día te los vienen reclamando hasta en domingo si es menester.

El ser humano odia "per se" la inseguridad, aborrece las incertidumbre y casos verán en todos los órdenes de  la vida, el sentimental, el laboral, y así un largo suma y sigue, por lo tanto no tiene nada de extraño que en comidas familiares, reuniones de amigos, tomando café, o circunstancias similares, las personas saquen aquella inquietud que llevan dentro, tenga más o menos amistad, quizás quien menos te pregunte es el que está más próximo y por aquello de que la confianza da asco tú pospongas la respuesta, no por falta de cariño sino porque en casa del herrero martillo de palo..La gente normal, bien sabe hasta donde llegar cuando es motivo de  consulta "pagada" y cuando el consejo del profesional amigo.

Sé muy de primera mano que cuando una emisora de radio, ponía a un médico, abogado o brujillo-a el programa tenía una audiencia asegurada, aunque aquí he metido en la categoría de los profesionales, a la bruja, adivino, tarotista, numerólogo..etc, que si son profesionales, ahora de qué son profesionales lo dejo ahí para que ustedes mismos juzguen.
Pero seguro que a Arguiñano le pederían recetas de cocina.Cosa muy distinta es, querido colega, quien te contrata con ánimo oculto de no pagar la minuta y eso si, no quieren Abogados de Oficio, siendo ellos grandes profesionales, pero noo prefieren "Abogado de Cabecera" que les dediquen todo el tiempo del mundo y luego los dineros como que ni están ni se les espera. Y no es que hayan venido a peor fortuna, cosa que se entendería,no, de antemano son profesionales de la poca vergüenza.

Lo dicho admirado compañero, nosotros no somos ni más ni menos que el tendero o cualquier otro profesional, o especialista de lo que sea.

Yo, creo que les temo más a los "tertulianos" sin tertulia aquellos que acodados en la barra del bar van dando lecciones de todo y ya da lo mismo hablar, de medicina, que de tráfico o derecho, la temática es lo de menos, y el rigor es lo que está de más. Un propietario de un bar, en cierta ocasión, despotricaba sobre cómo pensaba y actuaba una funcionaria examinadora de tráfico la cual estaba sentada en su mismo bar  y a esa misma hora, claro la perdió como clienta, es decir hablaba totalmente de oídas pues tenía a esa dama a un metro de él, el comentario de la citada funcionaria a las personas que les contaba la anécdota era " Si al menos dijera la verdad".
Como colofón y para que no quepa la menor duda, los amigos cuando lo son, echan una mano y sin cobrar cuando se tercia, nada place tanto como el ayudar al amigo, a veces es más pecamos de pesados en dar consejo excesivo; pero nos duelen he ahí la razón.