Acabo de apagar el televisor, quiero decirles que mi ración natural televisiva me es como necesaria al cuerpo, dudo de si también a la mente. Quiero advertirles muy seriamente de lo peligroso que es dormirse en el sofá tele encendida y no me refiero al consumo.
En principio es un feo a quien se acueste con uno, si vive en pareja, si no vive en pareja y está la pareja y no se acuesta con ella/él mejor hágaselo mirar ( o no hará falta ) puesto que pronto dejará de acompañarle si cambia pareja por tele.
Pues es que les puede pasar de todo !oiga! Lo mismo te despiertas entre jadeos ( ajenos claro) y ves con asombro , a dos en actitud sexo a lo bestia y nulo sentimiento romántico que para más recochineo de vez en cuando soltarán un !Yeaa..! ( se escribirá de otra forma pero fonéticamente suena así) hasta una musiquita ramplona e insoportable que le incitará a llamar a no sé dónde para que conteste una pregunta sofisticada, algo así como,,¿Cuantas son dos y dos? o.. Verde por fuera si quieres que te lo diga es-peraaa..Todo ello provocando al personal a ver si tú eres tan tonto que sólo tú conoces la respuesta pues al parecer nadie llama y la señorita está deseando dar duros a cuatro pesetas..Y lo que es peor, si vuelves a coger el sueño, sale el sábado,,y de repente, unos dibujos animados, y tan animados que hasta dicen tacos ...¿ Pero los niños, se chutan los fines de semana o por qué madrugan tanto los muy ladinos?
Me pregunto compungido pero a esta hora antes de las siete hay críos que madrugan más que yo? y me entra una depre que no veas, me levanto voy hacía la cama, la hago mía y la poseo para reen-cajar mis huesos, me refiero a tomar posesión de la cama claro, y sin hacer mucho ruido que las carga el diablo.