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martes, 13 de diciembre de 2011

Un hombre desaprovechado

Siempre escuche la frase " ser un hombre de provecho" Cuanto más la recuerdo en boca de mis mayores, más caigo en la cuenta de que soy un desaprovechado, peor aún "infra-utilizado" que queda más propio, que no un desecho.
De mis dones y talentos, no pude usar pues si los tuve no los vi; para rico no nací, me falta la vocación, mejor dicho la "dedicación" siempre fui un experto en hacer todo aquello que no se podía rentabilizar, que tampoco llegué al altruismo, pues eso sí tendría valor sino monetario moral, pero ni eso.
Y no pertenezco a la generación ni-ni, aunque creo que yo,apuntaba maneras, pues el trabajo, se me hacía arduo y  para estudiar no tenía medios. Por tanto  yo !Si! trabajaba ( qué remedio) y no estudiaba pues en épocas bien tempranas tocaba ganarse el pan, frase horrible donde las haya, hasta en eso de aplicarse en el sudar hay clases, no es lo mismo el sudor de la frente que el del "Gym" así como tampoco es lo mismo moreno obrero que el bronce playa.
Esto de la dignidad del trabajo yo como que no llegué a entenderlo en su día, pues no lo veía muy dignificante que digamos, me desenvolvía, en un ambiente, en el que al " señor" se le recordaba, cada treinta segundos y no con fervor precisamente, lo que no les hacía mala gente, tan sólo mal educados ¿Qué dignidad a través del trabajo iba a encontrar un chico? Así que lo primero que aprendí, es que el trabajo embrutece y encima nadie te lo agradece, que es otra de las tesis.
No quiero aburrirles, pues lo dicho ahora pasado el rubicón de mi vida, ya poco importa si he plantado un árbol, cosa que hice, tenido un hijo, ahora que lo pienso también y escribir un libro, pues miren a falta de libro les fustigo en un blog, claro que visto así, lo que me queda ya no es muy estimulante.