Buscar este blog

Entradas populares

sábado, 18 de febrero de 2012

Para un día que uno se disfraza.

Carnaval, perdido en la noche de los tiempos.Presente en todas la culturas, allí donde fueres habrá carnaval. Hace unos años me disfrace de cura, a cara descubierta y en pleno día, viví el gustazo, de sentirme prebístero o cura, sin bien no son lo mismo exactamente.

Vestido de tal guisa, el gustazo de sentir la sotana,  como general con mando en plaza, me dirigí a un café, allá en mi pueblo natal, con tanta suerte que me tropecé con un vecino emigrado que poco sabía como había trascurrido mi vida ¿Te hiciste sacerdote? Me preguntó el hombre y yo siguiéndole la corriente le recordé hasta el año que canté misa, cuando nunca pase de monaguillo. Otro vecino, éste si al corriente de que el señor no me había dotado para representarle, pues se reía claro; el retornado que era además de creencias recias, no capto las sutilezas y muy enfado le dijo que hiciese el favor , que por mucha confianza que hubiese un sacerdote era un sacerdote.Me lo estaba pasando bien  hasta que tuve que desfacer el entuerto pues de no hacerlo aquellos dos un poco más se  dan las ostias y se olvidan de la paz.
Estaba claro que aquella tarde con la iglesia habíamos topado.

Cuando al año siguiente quise repetir, la operación y en el momento justo en que sacaba del armario la sotana, con sus treinta y tres botones preceptivos, mi hijo que estaba presente me dijo !Lo tuyo no es un disfraz es una vocación! La verdad es que me hizo pensar en que algo de razón debía llevar, por tanto colgué los hábitos, este año estoy por vestirme de mi mismo, seguro que doy el pego.