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miércoles, 18 de enero de 2012

Un rara avis.

Navego en secano, o sea por Internet, y no veo hombres, tampoco demasiadas mujeres. Caigo en la cuenta de que se juega un partido de fútbol, trascendental !Qué poca afición la mía por dar patadas al balón! Me viene de lejos, no metía gol ni a portería abierta que ya es decir, y de aquellas torpezas viene esta desafección, hasta el extremo de que mi esposa me abandonaba por el fútbol los domingos.
Añado que invitado fui en más de una ocasión por toda la peña, pero ya saben que poco nos gusta a los "machitos" ver perder la compostura a las mujeres, y la pierden vaya si la pierden por tanto,para que puedan usar de su libertad en plenitud, no las acompañen, salvo que sean aún más forofos.

En una ocasión en que jugaba el Tenerife, con el Deportivo, mi parienta, contado por familiares acompañantes, dejó a  las personas próximas perplejas, al ser sus "dos" colores, insultaba al árbitro a diestra y siniestra, pensarían que era daltónica  a ratos o  peor que no estaba en sus trece; tampoco la situación permitía explicarles que tanto monta monta tanto para ella entre los dos equipos; por lo que sólo quedaba insultar al árbitro y qué bien se le da, que me tiene de un orgulloso..

Bueno en todo caso, no gritan a pleno pulmón en la calle, pierde el Madrid, pues caso contrario la cafetería de enfrente estaría echando fuego y molestando tímpanos, minuto y resultado sin ver la tele ni escuchar la radio, basta el sonido ambiente y conocer como se las gasta el tabernero  más cercano