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domingo, 13 de noviembre de 2011

Jubilados y las obras

Esta mañana en los previos de la fórmula uno, vi como construían un circuito por un momento pasó una idea fugaz por mi mente !parezco un Jubilado!. El parecer un Jubilado rondando los 60 tampoco es que sea nada extraño, pero es que me veía como un Jubilado-Controlador de Obra. Una modalidad que abunda por nuestras ciudades puesto que en el campo con vigilar las huertas o laborar en el campo se pasa el tiempo que otros llaman "matar" expresión terrible pues sino es mucho lo que vivimos y encima matamos el tiempo es una forma de suicidio con disimulo e insensatez.

En esto del vigilar obra, para algunos se ha convertido en verdadero arte, existe el Jubilado Capataz, aquel que suelta todo tipo de indirectas del qué, cómo y cuándo hacer las cosas; el chivato que le cuenta al encargado si zutanito o  menganito hizo el vago,y el obrero de turno maldiciendo en arameo, que digo yo se dice por decir ,que no conozco  muchos albañiles con conocimiento de esa lengua, vamos ni albañiles ni Catedráticos.
Luego está el que vigila obra y muslamen de moza, transeúnte, que con picara mirada y ojillos, nostálgicos aún rinde tributo al buen gusto, y calla por decoro, dándole al murmurar, entre dientes, que si bien no se oye, si se le entiende todo y clarito. Miedo me da llegar a estar en este último grupo algún día, pues uno es muy delicado, y el ruido de la obra, sumado al polvo como que no placen, y es obra de Dios el templo del señor en formas femeninas, es de una delicadeza en el admirar, o  vieron ustedes muchas fachadas que inspiraran obra de pintor famoso? y sin embargo cuanto desnudo femenino, existe, que cuando se hace bien, es arte en estado de gracia.