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miércoles, 23 de mayo de 2012

De la autoestima y otras aventuras.

Escuchas a troche y moche o moche y troche que viene a tanto montar como montar tanto. El dicho aquel de "debes quererte más" !Pues oiga!   será usted que yo ya estoy medio enamorado de mi mismo y no me doy besos porque cojo tortícolis y además según donde no me llego.
La auto estima es una de las estimas, más comunes ¿No me creen? Pues cuenten cuantas veces en una conversación aparece el "yo", mi, me, conmigo en singular.. Yo mismo si ir más lejos, yo hice, yo pienso, yo soy, y así como para seguir y no parar.

Tanto es así, que difuminamos la verdad en más de una ocasión, por no decir todas, con tal que que nuestro "ego" salga cono donaire de cualquier trance; exageramos la nota hasta el infinito en aquello que nos conviene y barremos bajo la alfombra nuestras miserias, lo cual es humano..y que no te caiga una mamá o un papá, que empiezan y no paran a contarte lo que gana el niño, cuanto lo estiman, que si se quiso ir de la empresa y no lo dejaron porque más o menos la empresa se hundiría sin la criaturita ¿Y las notas? Mejor ya ni contar " le dijo el catedrático no vengas más que ya no tengo nada que enseñarte".


Tú en este punto, empiezas a ponerte amarillo, rojo, verde , en fin, oscilas entre echar a correr, mientras entre dientes y con sonrisa estupi-apaisada reniegas de la mamá o del papá del hijo en cuestión o piensas ¿Habrán salido los míos tontos? Es verdad, no nos estimamos nada, pues si así fuera, no haría falta presumir de lo que no somos y poner en altavoz nuestras escaseces, en tanto acabe aquí voy a mirarme en el espejo y darme un beso de cristal.