Hace un tiempito que les estoy acostumbrado mal, no les dejo aquí ninguna perla cultivada, ningún sucedido de estos caseros de andar por casa.Al ser el escribidor persona del común nada excepcional, ya con muchas rarezas, aunque de gustos sencillos y principios aceptables.
Esta tarde mantuve un debate telefónico, con dos colegas curtidos ambos por el paso de los "años-casos" ambos dos Abogados el uno abogada la otra, sobre algo que escribió otro supuesto colega en un foro y como en posesión de la verdad la prudencia aconseja no estar no vaya a ser que tan pagados de nosotros mismos no podemos ser "pagados por los demás" nos tentamos las ideas mediante un ping-pong imaginario.
La conclusión cayó de peso, apliquemos el sentido común a la duda y tengamos sentido de lo razonable; cuando la norma nos deja más dolores de cabeza que certeza.
Pero esto ocurre en todas las profesiones y ya para volver sobre mi mismo,pues no sería yo de otra manera, que no es cuestión de perder personalidad; les contaré un sucedido de un profesional, en este caso de la medicina.
Un afamado médico fue a casa de un enfermo que en ese mismo momento estaba acompañado por otro médico del cual era amigo, y al entrar escucho decir al galeno !!Ay, daría mil pesetas por saber lo que tienes!! Esta afirmación, parecería que va en desdoro del profesional, pero yo creo justamente lo contrario, por encima de su ego, estaba el cariño por su amigo y el reconocimiento de sus limitaciones.
http://www.abogados-tenerife.es/derecho-penal/
En definitiva una persona que sabe hasta donde sabe, desde luego tiene alguna certeza, pero aquel que cree saberlo todo y no se encomienda a ningún santo de su devoción es un elemento peligroso. Aunque algo nos dicen que ya afirmaba Sócrates sobre esta materia
En definitiva una persona que sabe hasta donde sabe, desde luego tiene alguna certeza, pero aquel que cree saberlo todo y no se encomienda a ningún santo de su devoción es un elemento peligroso. Aunque algo nos dicen que ya afirmaba Sócrates sobre esta materia
