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sábado, 16 de abril de 2011

El placer de la siesta.


Levito por el sueño que reclama siesta, y en verdad que es placer de pobres pues el coste es mínimo y el gustazo es máximo, sin que te quedes embarazado por ello , faltaría más.

Un amigo mio, les hablé de él en otra ocasión, gusta de estudiar .Es de esos cuya vocación les lleva a la erudición placer que cada día se lleva menos pues él tiende y será un erudito allá cuando alcance la cuarentena, que aún le falta:
Le gusta saber de forma casi compulsiva y, ya no quedan o pocos quedan.Personas que no vean "Sálvame"a la hora tonta de la digestión ( mismamente la Esteban con Andreita adosada) y en su lugar navegan por el dulce lomo del libro  en busca del saber, claro que pese a ello no puede de cuando en vez, ganarle a "morfeo" y allí mismo tal cual le pilla, dejarse adormecer  plácidamente quizás aprovechando para compilar datos, conceptos, elucubraciones.

Uno carece de tal fuerza, y estudia cuando la ocasión lo requiere, para ir tirando, un andar por casa intelectual , en zapatillas, o sea mínimo esfuerzo a ser posible que las espaldas ya han cargado lo suyo por estos lares. Por eso el gozo a veces se limita a estar delante de el ordenador dándole a la divagación que si a mi me entretiene da gusto y es deleite y a más a más no engorda ni es pecado; pues a darle se ha dicho, al ordenador.

1 comentario:

Laurie VW. dijo...

Me parecio una interesante analogia. Bendito lenguaje que nos transporta a los pensamientos de otro ser humano. Leyendo, leyendo, me hizo pensar en lo siguiente:

Mis ojos se cierran ante la promesa del descanso. Mi cuerpo agitado y tenso se relaja con un dejo de dolor deseando la riqueza de los pobres, quienes pueden tomar su siesta aun en medio del dia, sin saber compromiso alguno, ni de donde vendrá la siguiente vianda; sin preocuparse por saber quien firmara el siguiente contrato que le permitirá vivir con los lujos acostumbrados, y que aun con todo y eso no puede dormir teniendo el descanso que le proporcione el gusto máximo de verdaderamente descansar, aunque fuese solo por dos horas; Gusto mismo como aquel de Macario que deseaba comerse un pavo entero el solo; pero for falta de recursos, la siesta compensaba por el hambre para no sentirla.
Esto me hace recordar también al hombre rico que sentado a suculenta mesa, tiraba migajas para que Lazaro comiera. El hombre rico murió y Lazaro también. Lazaro fue al cielo, mientras que el hombre rico deseaba que Lazaro le diera por lo menos una gota de agua con el dedo para calmar un poco su sed. Me pregunto si una gota con el dedo podría calmársela? Seria como darle al erudito solo un libro para estudiar.
Sera el placer de una siesta lo suficientemente grande para que pueda descansar? No se trata de cuanto tiempo, sino de verdadero descanso. Si, el pobre es rico en el placer que da el poder tomar la siesta sin que le cueste un solo centavo; al rico le costaría el valor que cuesta su tiempo si la tomara. Me pregunto si el erudito podría levitar por ese sueno que reclama siesta, y entregarse a los brazos de Morfeo, aun cuando tiene todo un arsenal de libros por estudiar. Dormir seria un desperdicio, pero a la misma vez le daría el placer de sonar con ser catedrático, y hacer pensar a todo el mundo que es tan sabio y erudito como el Rey Salomon.
Es verdad, es tan comodo andar por la casa intelectual en zapatillas frente al ordenador… de pronto entrando en el placer de la siesta, con sueños de corto metraje. Y si bien, conocer este placer no hace engordar y no es pecado, es maravilloso conocer el deleite de dejar el pensamiento volar frente al ordenador, regocijándose en su victoria con Morfeo, ganándole al tiempo y a la vida; entreteniéndose y deleitándose el paladar con el dulce lomo del libro del saber.